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Cristián Sáez y su último proyecto:

Conoce la historia detrás de la coronación de la Virgen del Cerro San Cristóbal

07 de Diciembre de 2020

La reciente restauración del monumento por parte del Tabancureño Cristián Sáez y su estudio de arquitectos, Sáez y Joannon, tiene una importante y desconocida “aventura”, como la aparición de la corona original, el apoyo de la generación 1989 del Colegio y una emocionante experiencia a 20 metros de altura. Todos más que invitados a conocer la otra cara de la importante coronación de la Virgen del Cerro San Cristóbal.

Entiendo que encontraste la Corona original de la Virgen del Cerro San Cristóbal de casualidad ¿Nos puedes contar como fue eso?

En la mañana del jueves 26 de noviembre estábamos realizando la última visita de obra a la restauración del pedestal y de la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción del cerro San Cristóbal y conversando con Mario Díaz, administrador del Santuario, le pregunté por las coronas que había tenido la imagen y me contó que tenía unas estrellas guardadas de una corona que alguna vez tuvo la escultura. Pedí verlas, pensando que quizás no solo teníamos que restaurar la imagen de la Virgen, sino que también volver a instalar su corona de estrellas. Me las entregaron, pero eran solo 11, faltaba una y estaban bastante oxidadas y en mal estado de conservación. Tenían 100 años de antigüedad y un gran valor patrimonial, eran parte de la historia del santuario y teníamos que hacer algo con ellas. No eran piezas de museo, había que restaurarlas y reinstalarlas. Buscamos fotos históricas y efectivamente aparecía la Virgen con su corona de estrellas en unas fotos de 1919, en donde posaba el arzobispo de la época Monseñor Crescente Errazuriz con la Virgen coronada detrás. Ahí decidí que había que lograr fabricar la doceava estrella, construir la corona de soporte e instalarla sobre la cabeza de la Virgen, es decir, coronar la imagen y había que hacerlo en el tiempo record de 4 días, porque tenía que ser antes del martes día en que se retiraban los andamios. Ese día jueves medimos con precisión la fijación que tenía la Virgen apernada sobre su cabeza y que había servido de soporte de las dos coronas anteriores. Me lleve las 11 estrellas metálicas y camino a la oficina, llame a mi amigo Alejandro Pinto, maestro especialista en fierro artístico, le conté la historia, le expliqué la urgencia del encargo y el accedió de inmediato a tomar el desafío. Nos reunimos para definir la estructura, ya que el soporte teníamos que fabricarlo el viernes para cumplir con los plazos y terminar el montaje el lunes a más tardar. ya que el martes 1 de diciembre Peri retiraba los andamios y ya no se podría volver a subir.

“Me lleve las 11 estrellas metálicas y camino a la oficina, llame a mi amigo Alejandro Pinto, maestro especialista en fierro artístico, le conté la historia, le expliqué la urgencia del encargo y el accedió de inmediato a tomar el desafío”

Entiendo que hubo algo de ayuda de tus compañeros. ¿Nos puedes contar como fue eso?

Además de coordinar el diseño y la fabricación de la corona y de la estrella que faltaba, teníamos que financiar la corona, ya que me había comprometido con el equipo de maestros en pagar los trabajos el mismo lunes, pero no tenía los recursos. Me pareció importante invitar e involucrar a más personas en esta obra, dada la importancia que tenía. Era una oportunidad de unir a mi curso en torno a una campaña que iba a trascender en el tiempo, además del profundo valor espiritual que tiene el financiar la corona de nuestra querida imagen de la Virgen del cerro. Así fue como le escribí a mis compañeros de curso de la generación del ‘89 del Tabancura para que aportaran con una cuota de $30.000.- los que pudieran hacerlo y juntamos el domingo el total que se necesitaba con IVA incluido. Con esto solo faltaba el montaje de la corona.

“Era una oportunidad de unir a mi curso en torno a una campaña que iba a trascender en el tiempo, además del profundo valor espiritual que tiene el financiar la corona de nuestra querida imagen de la Virgen del cerro”

¿Cómo fue esa experiencia de la coronación del día lunes?

El lunes 30 hable con mi amiga arquitecta Romy Hecht, candidata a decana de la Fadeu de la Universidad Católica que tenía la elección ese mismo día y quien me había pedido ir a ver la obra y también con el periodista Rodrigo Guendelman, de Santiago Adicto, quien había sabido del proyecto de restauración y también me había pedido que lo llevara. A los dos les dije que era ese día a las 4 pm o nunca, porque el martes se sacaban los andamios.

Y bueno, las cosas siguieron dándose siempre bajo la evidente protección y ayuda de la Virgen. A las 4 pm nos encontramos a la subida del Cerro y al mismo tiempo con Rodrigo Guendelman y con los maestros que traían la corona con las estrellas desde la zona sur de Santiago y que nunca habían subido hasta el santuario.

Hubo muchos detalles a los que nadie pudo quedar indiferente, como que tuvimos que subir la estructura de la corona sin poleas ni nada más elaborado que las enormes ganas de todos de lograrlo, que el sistema que habíamos ideado de fijación no funcionó en forma perfecta en un principio y hubo que hacer algunos ajustes ahí mismo, a 20 metros de altura; que tuvimos que desarmar y armar algunos andamios para lograr instalar la corona en su posición final; que corría un viento muy potente que hacía innecesario el uso de mascarillas y que había todo tipo de pájaros sobrevolando el santuario, tales como águilas, tiuques y cóndores, aunque parezca increíble.

Las preciosas fotos al atardecer se lograron solo porque recién a esas alturas de la tarde y noche logramos terminar la fijación de la corona y los últimos retoques de pintura. Fue una tarde muy especial para todos, donde se sentía demasiado la presencia de la Virgen y su mano protectora y generosa, que barrió cualquier rastro de indiferencia, incluso en los no creyentes que se contaban entre las 11 personas que estaban esa tarde arriba de los andamios. Esto tampoco fue casualidad: éramos 11 acompañando a la Virgen en su coronación y Ella era la doceava que completaba el grupo. Terminamos con una oración presidida por mi amigo Andrés Donoso, que también subió y es pariente de la familia que donó el terreno del santuario y que formó parte del grupo de los 19.

Fue una de las experiencias más emocionantes que me ha tocado vivir y creo que para los otros 10 que estuvimos arriba también; según Rodrigo Guendelmann uno de sus tres highlights como experiencias vividas en Santiago en toda su vida. Fue muy emocionante y pude ver y sentir que, detrás de todo, y como muchas veces en nuestras propias vidas, estaba la mano todopoderosa de Dios y la compañía de la Virgen permitiendo que todo se diera de maneras y en tiempos que humanamente cualquiera hubiera pensado imposible.

“Fue una tarde muy especial para todos, donde se sentía demasiado la presencia de la Virgen y su mano protectora y generosa, que barrió cualquier rastro de indiferencia, incluso en los no creyentes que se contaban entre las 11 personas que estaban esa tarde arriba de los andamios”

¿Nos puedes hablar un poco del valor patrimonial, urbano y arquitectónico de la Inmaculada del Cerro San Cristóbal?

Mi señora, Ximena Joannon, es bisnieta de Eugenio Joannon Croazier, arquitecto e ingeniero francés que llegó a Chile en 1889 siendo arquitecto del arzobispado por 25 años y fue quien diseñó el pedestal de la Virgen y quien trajo la escultura en trozos desde la fundición Val d’Osne en Paris, Francia, la misma fundición que hizo la estatua de la Libertad. La Inmaculada Concepción es la imagen de mayor tamaño que ellos han fabricado sin estructura interior. La Virgen mide 12,3 metros de altura, sobre un pedestal de 10 metros y tiene 36.610 kilos de peso. Corresponde a una réplica de la Virgen de la plaza España en Roma, la cual tiene la corona de 12 estrellas sobre su cabeza. Nuestra imagen de la Virgen es de mucho mayor tamaño que la original y está construida en base a 39 piezas de fierro fundido, apernadas entre sí como si fuera un puzle en 3D.

Eugenio Joannon Croazier formó parte de una comisión integrada por 19 personas entre sacerdotes y laicos que se encargaron de ver todos los detalles para lograr concretar este importante monumento para nuestra ciudad y en honor a nuestra Madre y Reina del cielo. Se trajo e instaló en Santiago en un terreno cedido al Arzobispado de Santiago para celebrar los 50 años de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Las piezas se subieron en carreta a la cumbre del cerro San Cristóbal en un camino especialmente construido y habilitado para el traslado. El montaje implicó un enorme desafío estructural para la época.

“La Virgen mide 12,3 metros de altura, sobre un pedestal de 10 metros y tiene 36.610 kilos de peso. Corresponde a una réplica de la Virgen de la plaza España en Roma, la cual tiene la corona de 12 estrellas sobre su cabeza”

Supongo que tuviste que estudiar los planos originales y la historia de la Virgen ¿Qué fue lo que más te llamó la atención?

Tengo fotos de algunos de los planos originales de fabricación de la imagen, pero los planos de Joannon fueron quemados por el mismo al final de su vida.

Más que los planos lo que más me impresionó fue tener la oportunidad de poder entrar al interior de la imagen de la Virgen que es hueca por dentro y ver cómo fueron ensambladas y apernadas cada una de las piezas entre sí.

Al estar cerca de esta imagen se produce una atracción y un cariño muy potente con la Virgen. Uno la ve siempre a la distancia, pero al estar cerca de Ella y poderla tocar, reparar, pintar y renovar, nos sentimos mucho más vinculados que antes a Nuestra Madre del Cielo.

Nunca pensé que se podía lograr un vínculo y cariño tan especial con una imagen particular.

¿Tienes algún otro proyecto de restauración que nos puedas contar?

Nuestra oficina Sáez Joannon Arquitectos Asociados ha hecho varios proyectos de restauración tales como la restauración de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Vitacura, numerosas casas y edificios del barrio Santiago Poniente. Hoy en día junto con este proyecto del santuario estamos trabajando en el proyecto de restauración de la Iglesia de la Veracruz del barrio Lastarria, que resultó quemada el año pasado. Ha sido un proyecto muy especial para nosotros en el que llevamos un año trabajando y estamos en trámites en el Consejo de Monumentos Nacionales.

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