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Tabancureños que Inspiran: Padre Álvaro Palacios

hace un año

Tabancureños que Inspiran es una serie dedicada a destacar a ex alumnos del Colegio Tabancura que, a través de sus acciones, trabajos, emprendimientos y vocaciones, dejan una huella significativa en la sociedad. Esta iniciativa busca reconocer y compartir las historias de aquellos que, han encontrado caminos para contribuir de manera positiva al mundo.

Este año 2024, el Padre Álvaro Palacios, generación 1996, se ha convertido en Capellán del Colegio Cantagallo. Nacido en Madrid en 1978, se trasladó a Chile en 1988. Es Ingeniero Civil por la Universidad Católica y Doctor en Teología por la Universidad de Navarra. Fue ordenado Sacerdote en Roma en 2010 y ha trabajado en diversos centros de formación y colegios en Chile. Actualmente, es el Capellán del Colegio Cantagallo y desde 2015, forma parte del gobierno regional del Opus Dei.


¿Qué lo motivó a estudiar Ingeniería Civil y luego Teología?
 Me incliné por ingeniería civil porque desde chico me gustaba lo técnico: comprender cómo funcionaban las máquinas para lograr un objetivo (todavía recuerdo unos libros rojos que explicaban distintos fenómenos que se titulaban "Cómo", "Por qué" y que a los 9-10 años me fascinaron). Me atraían especialmente los aviones y llegué a pensar en estudiar ingeniería aeronáutica, pero como en Chile sólo se daba en la fuerza aérea lo descarté.
La teología fue algo distinto, si bien me sorprendió lo bonito que es como ciencia, llegué a ella por mi vocación al Opus Dei. Primero como numerario a los 20 y al estar terminando ingeniería como sacerdote. La teología es impresionante como saber de los misterios más altos a los que la inteligencia se puede atrever.


¿Cómo fue su experiencia al ser ordenado Sacerdote en Roma?
Inolvidable. Por estar en el corazón de la Iglesia dónde se palpa su universalidad de personas tan distintas, de todos los continentes, en plena unidad de fe junto al Papa. Sin duda, esa experiencia me acompaña, en la convicción de que la fe en el amor de Dios es la luz para guiar los deseos más profundos de todo ser humano.

 

¿Qué desafíos y alegrías ha encontrado en su labor pastoral en los diferentes centros y colegios?
Quizá el mayor desafío siempre es que mis defectos no bloqueen mi misión de mostrar ese amor de Dios del que hablaba. Las alegrías son las muchas veces en que noto que Dios, a pesar de mí, es capaz de iluminar el corazón de las personas y darles un poco de felicidad verdadera a través de mi trabajo sacerdotal. En los colegios esto es especialmente notable porque los jóvenes, con la pureza de los ideales, tienen un gran deseo de algo grande, que sólo Dios puede satisfacer. Para terminar no puedo dejar de decir que dos momentos culminantes de alegría son la celebración de la Santa Misa y las confesiones, donde se toca lo mejor de las personas que arrepentidas quieren recomenzar y Dios que las anima con su cariño paternal.

¿Qué mensaje le gustaría dar a los ex alumnos y a la comunidad del colegio?
Que se dejen alcanzar por el amor de Dios, para lo cual primero hay que abrirle la puerta buscándolo, porque Él respeta delicadamente nuestra libertad. Las familias actuales y pasadas del colegio tienen muchos talentos, pero a veces las personas corremos el riesgo de conformarnos con un bienestar que es muy pobre para los sueños que nuestro Padre Dios tiene con nosotros. Es realmente sorprendente como Él puede llevar nuestra vida a realizaciones que nos eran insospechadas en plenitud y felicidad, descubriendo su amor en lo cotidiano y lanzados a hacer el bien en servicio a los demás. 


¿Qué proyectos o iniciativas le gustaría impulsar como Capellán del colegio Cantagallo?
Bueno, la verdad es que apenas voy unas pocas horas así que tengo que ser realista. Pero mi ilusión es entusiasmar a los padres a ser protagonistas en la transmisión de la fe a sus hijos desde los comienzos. Para esto, un primer proyecto son unas Misas en que con algunos símbolos se intenta ayudar a los padres a que vivan con sus hijos algunas partes del misterio eucarístico. Otra idea, para cuando pueda, es que me gustaría ir informando a los papás sobre los temas de las clases de religión para que sean ellos los que los puedan conversar en la casa. Sin embargo, para que estas cosas funcionen, sé que es necesario avivar la fe de las familias, por lo que mi mayor proyecto es rezar más por ellas porque creo que será lo más eficaz.

Estamos profundamente agradecidos por el tiempo que nos ha dedicado. Su compromiso y experiencia son un ejemplo para todos nosotros. Sigamos avanzando juntos, promoviendo nuestros valores y llevando con orgullo el espíritu de Tabancura en cada paso que damos.¡Gracias por ser parte de "Tabancureños que Inspiran"!

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